El propósito de vida como brújula en el liderazgo: un viaje hacia adentro
- Fernanda Salazar
- 4 oct 2024
- 7 Min. de lectura
En algún momento como líderes nos enfrentamos a una pregunta esencial: ¿para qué estoy aquí en este mundo? Esta pregunta no es trivial ni decorativa; es el núcleo de lo que nos mueve como personas, como seres vivos y espirituales. Saber el "por qué" de nuestra vida es lo que permite que el "qué" y el "cómo" se definan de forma clara.

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En mi experiencia como profesional, a menudo mi esfuerzo, dedicación y energía se encontraba enfocada en la empresa en la cual trabajaba; en los objetivos del negocio, si estábamos llegando a los KPIs y generar estrategias para asegurar el crecimiento. Mi mente estaba llena de metas de rendimiento y competitividad. Todo parecía funcionar bien, pero muy dentro de mí sabía que había algo que faltaba.
Fue cuando cumplí 30 años que comencé a preguntarme ¿para qué he nacido?, pasé dos años en terapia explorando esa pregunta y adivinen qué tuvo que pasar… ¡ah ja! Una bendita pandemia, que puso todo lo que conocía como normal de cabeza. El pensamiento de que me podía morir o de que alguna de mis personas cercanas pudieran hacerlo recorrió más tiempo por mi cabeza de lo que quisiera admitir, pero como todo obra para bien, me mostró que estar en esta vida es mucho más que enfocarse en títulos, posiciones, dinero o estatus, porque nada de eso hizo que millones de personas se salvaran de la mortal enfermedad de COVID.
Este tipo de sensación no es rara para muchos ejecutivos y dueños de empresas. Se puede tener éxito en el mundo de los negocios, ganar millones, liderar equipos de alto rendimiento, y aun así sentir que falta algo más profundo. He conversado con líderes en altos puestos ejecutivos que, después de haber alcanzado "todo", me confesaban sentirse perdidos, como si estuvieran corriendo sin rumbo. Y aquí es donde entra la cuestión del propósito.
Tener un propósito claro no solo ilumina nuestras decisiones, sino que actúa como un motor que impulsa cada área de nuestra existencia. Para un líder, esta claridad no solo impacta su vida personal, sino que moldea la cultura de su empresa, la relación con su equipo y el legado que deja en su entorno.
¿Qué significa tener claro el propósito?
El propósito no es solo un ideal abstracto o una filosofía bonita; es la razón profunda por la cual existimos. Es la fuente de energía y la brújula que guía nuestras acciones y decisiones. Cuando un líder tiene claro su propósito, ese entendimiento se filtra naturalmente en todas las áreas de su vida. Su trabajo ya no es solo una serie de tareas o responsabilidades; se convierte en una extensión de quién es. Y cuando el trabajo se alinea con el propósito, se produce una armonía que genera resultados tangibles y, al mismo tiempo, un sentido de satisfacción profunda.
En muchas ocasiones, pensamos que nuestra vida profesional está separada de nuestra vida personal o espiritual. Pero lo cierto es que somos seres integrales. Cuando el propósito se convierte en la base de nuestra vida, no hay separación entre lo que hacemos en el trabajo y quiénes somos en lo más íntimo. Liderar con propósito no solo te convierte en un mejor líder, sino también en una mejor persona, porque tus acciones y decisiones reflejan tu verdadera esencia.

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¿Por qué es esencial para el líder?
El propósito va más allá de los objetivos financieros o de liderazgo. Por eso es esencial como líder saber por qué haces lo que haces, cuál es tu misión en esta vida. Es lo que le da un sentido más profundo a todo tu esfuerzo, más allá de los números y las métricas. He conocido gerentes que me han contado que, en un momento de sus carreras, tuvieron que parar y replantearse por qué comenzaron en primer lugar. Cuando se reconectaron con ese propósito original, su liderazgo cambió radicalmente y cuando un líder tiene claro su propósito, su equipo lo siente.

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Por experiencia propia sé que cuando lideramos desde el propósito, no es solo una cuestión de estrategia, es una cuestión de coherencia, es lo que hace que el equipo trabaje con pasión, disfrutando lo que hace porque ellos mismos se permean de nuestra pasión y entrega, porque reflejamos y representamos lo que creemos en lo que hacemos. Un propósito claro se vuelve la cultura de la organización, el pegamento que une cada esfuerzo y cada decisión.
El propósito es un proceso de autoconocimiento
Dirigir empresas y equipos se convierte en una carrera de velocidad y es fácil caer en la trampa de actuar sin pensar, simplemente siguiendo la corriente del mercado o las expectativas externas. Pero si no te tomas el tiempo para conocerte a ti mismo, para entender qué es lo que realmente te mueve, corres el riesgo de perder el rumbo. El camino hacia la comprensión del propósito es un viaje personal e íntimo. No hay una fórmula mágica que funcione para todos, pero hay preguntas poderosas y prácticas que pueden guiar a un líder a descubrirlo.
Vivimos en un mundo lleno de ruido. El ruido de las expectativas, del "deber ser, lo qué está bien o lo que está mal", de la competencia y de las metas. Sin embargo, el primer paso para encontrar el propósito es detenerse y escuchar. A mi me ha ayudado mucho tener espacios de quietud, parar, respirar, meditar, orar, leer, escuchar y aprender a conocerme; reconocer lo que me encanta de mi y enfrentar las cosas, actitudes y hábitos que tengo que cambiar para ser una mejor persona y líder, preguntarme ¿Cuáles son las inquietudes profundas en mi corazón y mi mente?, ¿Qué anhelo realmente, más allá de lo que otros esperan de mí? ¿Qué es lo que hace a mi corazón vibrar? ¿Qué me hace sentir viva? y comienzo a identificar lo que realmente me mueve y lo escribo.
Te comparto el camino que me ha funcionado en este proceso:
Conoce tus talentos y capacidades
Parte del proceso de descubrir tu propósito es identificar las habilidades únicas que tienes. Como líderes, estamos acostumbrados a resolver problemas y tomar decisiones. Pero, ¿has pensado alguna vez en cuáles son esos dones, habilidades y las capacidades únicas que te distinguen? Yo pensaba que mis fortalezas eran las habilidades blandas que pongo en mi perfil de Linkedin, pero al mirarme más profundamente, descubrí que mi verdadera fortaleza estaba en mi habilidad para conectar emocionalmente con el equipo, hacer comunidad con ellos y poder mostrarme tal cual soy por completo.
Visualizar una vida sin miedo
Esta semana tuve una experiencia increíble de autoexploración con el equipo de RARE. Una de las preguntas más reveladoras que me hicieron es: ¿qué haría si no tuviera miedo a nada? El miedo, muchas veces, nos limita y nos impide ver más allá de nuestras circunstancias actuales. Quizás el miedo al fracaso, al rechazo o a la incertidumbre te ha mantenido alejado de tu verdadero propósito. Pero si te permites imaginar una vida sin esos miedos, comenzarás a descubrir lo que realmente deseas hacer.
El propósito no es algo que puedas alcanzar sin valentía. Implica desafiarte, salir de la zona de confort y dar pasos de fe, confiando en que, aunque el camino sea incierto, estás siendo guiado hacia algo más grande.
En mi caso durante la sesión de autodescubrimiento con Francisco Valencia y Helena Hernández me di cuenta que había un sueño en mi corazón que no había considerado por barreras que me estaba autoimponiendo, pero conforme fue avanzando la sesión me di cuenta que quitar esa barrera del miedo es el primer paso de fe para alcanzar los sueños, me pude visualizar realizando ese sueño y ahí fue cuando algo en mi cambió. Y bueno como se predica con el ejemplo, esta semana di mi primer paso de fe a ese gran sueño que está en mi corazón desde hace un año, pero que por miedo había retrasado su inicio.
¿Cómo aplicar el propósito de vida a tu liderazgo?
Una vez que hemos comenzado a tener claridad sobre nuestro propósito, el siguiente paso es aplicarlo a todas las áreas de nuestra vida. No puedes separar quién eres de lo que haces; por eso, nuestro propósito debe permear todo: desde cómo dirigimos al equipo hasta cómo nos relacionamos con la familia y amigos.
Un líder que vive desde su propósito toma decisiones no solo desde la lógica o la presión del momento, sino desde una convicción interna de lo que es correcto. Ese tipo de liderazgo transforma ambientes, inspira a otros y crea un legado duradero. Cuando lideramos con propósito, el trabajo deja de ser solo una fuente de ingresos y se convierte en una misión. Cada interacción con las personas, cada decisión, cada proyecto se convierte en una oportunidad y vivimos en modo misión cumpliendo ese propósito.

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Uno de los beneficios más poderosos de tener un propósito claro es que se convierte en un filtro para tomar decisiones. En lugar de tomar decisiones basadas en el miedo, la presión externa o las expectativas, tomamos decisiones desde una base firme, preguntándonos ¿esta decisión está alineada con mi propósito? Si la respuesta es no, es un indicio de que quizás esa no sea la dirección correcta.
Un líder con propósito no sólo transforma su propia vida, sino que inspira a otros a hacer lo mismo. El liderazgo no es solo sobre dirigir; es sobre influir, guiar, escuchar atentamente, prestar total atención y levantar a otros. Cuando vivimos desde nuestro propósito, nos convertimos en un ejemplo vivo de lo que es posible, en embajadores del mismo, por lo que las personas comenzarán a ver cómo nuestras acciones reflejan una claridad interna, y eso los inspirará a buscar su propio camino. Esto crea una sinergia poderosa que lleva a una mayor productividad, satisfacción y, en última instancia, éxito.
¿Ya sabes qué es lo que hace vibrar tu corazón? Si no, ¿qué estás esperando? La mejor decisión que puedes tomar es conocerte, descubrir lo que te da satisfacción y paz interior para servir, inspirar, dejar una huella positiva en el mundo y convertirte en un verdadero agente de cambio. Escríbenos para agendar una sesión gratuita de descubrimiento y ayudarte en tu proceso.
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